El día histórico del football que nadie quería perderse
Viajamos desde Barcelona para vivir el primer duelo entre Barcelona Dragons y Madrid Bravos de la historia de la ELF.
El pasado sábado 1 de junio fue un día histórico. Para muchos aficionados lo fue porqué el Madrid conseguía su decimoquinta Champions en Londres. Para algunos otros, cada vez más, lo fue por otro motivo bien distinto. Y si estás aquí leyendo, no hace falta que te explique cual fue.
Es verdad que últimamente no paramos de hablar de días históricos para el fútbol americano en nuestro país. Pero, aunque suene redundante, el sábado fue otro más que sumar a la lista. Gente de casi todo el territorio nacional se desplazó hasta Madrid para disfrutar de este momento en primera persona. El que no pudo estar allí, convencido que movió cielo y tierra para ver el encuentro o posteriormente ha buscado resúmenes, crónicas, imágenes, etc. Hayas llegado hasta aquí para informarte o revivirla, espero que la disfrutes. Si que te avanzo, que la vas a revivir más que informarte, pues la crónica más informativa la tienes aquí.
Diario de viaje
En mi caso el día histórico empezó un día antes saliendo para Madrid desde la ciudad condal. El trayecto en el tren de alta velocidad me invitaba a acabar de escuchar los podcast sobre fútbol americano que me habían quedado pendientes donde comentaban y debatían sobre el encuentro del día siguiente. Algunos se quejaban del mal llamado Clásico si nunca se habían enfrentado, no se le podía llamar así. Otros hablaban de la superioridad del equipo de Bravos que tenía mejor plantilla sobre el papel. Algunos aventuraban que Dragons tenía una plantilla competitiva y más experiencia en la competición. Pero lo que todos coincidían eran las ganas que tenían de ver el partido. Así que acompañado por las voces de aficionados, analistas y apasionados del deporte, viajamos juntos a la capital en aquel tren que surcaba el territorio a gran velocidad.
Pasadas las 18 horas me plantaba en la estación de Atocha con la mochila al hombro y respirando los aires del centro peninsular. Al llegar ya se notaba ambiente de gran partido… pero en este caso de final de Champions. Así que ajenos al ruido mediático del deporte rey en España, me encontré con mis amigos, que hacen otro podcast de football, para pasar juntos la noche previa al partido. Una buena cena, risas, anécdotas y planes de futuro pusieron fin a las primeras horas en la capital.
Game Day!
El día empezó pronto para nosotros pues tras el almuerzo salimos a pasear y disfrutar del hermoso día que nos ofrecía Madrid. Con toda la equipación preparada para disfrutar el partido (camiseta y gorra de Dragons) nos disponíamos a visitar un poco la ciudad.
Paseamos por el parque del Retiro admirando los jardines, las fuentes y el bullicioso ambiente de un soleado sábado por la mañana. Dentro descubrimos que se estaba celebrando la feria del Libro. Nos acercamos a visitar algunos stands de la feria del libro y ver algunos autores firmando libro y sus lectores esperando pacientemente para obtener la firma e intercambiar unas breves palabras con ellos. Disfrutando del paseo y ajenos completamente a la cantidad de personas que nos adelantaban o se agolpaban en los stands, una persona se dirigió a nosotros preguntándonos si ibas a ir a ver el partido de Dragons. Sorprendidos por ser descubiertos entre un mar de gente del que nos creíamos camuflados y ajenos respondimos que sí. El hombre salía de una caseta de una editorial cercana y era aficionado al futbol americano. Sorprendidos por tan agradable intromisión, estuvimos charlando con aquel hombre y compartiendo anécdotas y sensaciones durante un buen rato. A pesar de que no podía estar en el campo, por sus obligaciones laborales, si lo lee desde aquí le mando un gran abrazo a Papa Steeler. Aficionado y padre de uno de los jugadores de Pinto Goldbats, apodados así por ser ambos seguidores de la franquicia acerera.
Tras el agradable paseo, nos dirigimos a la Plaza Mayor a reunirnos con otros aficionados de Dragons que estaban paseando como nosotros por el centro. Allí, sentados en una esquina de Plaza Mayor, camuflados en el ambiente de la plaza, comimos y estuvimos un buen rato intercambiando impresiones. Hablamos de fútbol, de viajes, de perros, de cámaras de fotos antes de empezar a abordar las sensaciones del partido que íbamos a ver. En esa comida nos contaron una sorpresa que tenían preparada para el próximo partido en casa de los Dragons. Después de estas confidencias y risas, casi sin darnos cuenta se iba acercando la hora de ir a vivir la historia en primera persona. La pequeña comitiva ponía rumbo a Vallehermoso.
Un estrecho metro nos condujo hasta la estación de Canal donde bajamos para ir hasta el campo. Hasta ese momento habíamos evitado pensar en la sensación que nos producía el partido. La sensación de día grande ya se respiraba en aquella parte de la capital y a medida que íbamos acercándonos, la sensación iba creciendo poco a poco. Entradas (digitales) en mano, accedimos por la escalera que conducía al estadio de Vallehermoso.
La previa con Villanueva
En la power party previa al partido, las cosas se veían diferentes. Poco a poco se empezaba a llenar de gente y se respiraba otro ambiente. Entre caras y voces conocidas del mundo de los medios, se mezclaban cientos de aficionados que disfrutaban de la fiesta. Comprobaban lo difícil que era hacer pasar el ovoide por un, parecía, pequeño agujero mientras que otros intentaban atraparlo con mayor o menor fortuna. Jugando y tomado alguna cosa se amenizaba la espera para el partido. Era un buen momento para saludar a aficionados que hacía tiempo que no veíamos, quizás desde la temporada pasada, y también conociendo aficionados madrileños muy amables y simpáticos.
Se dejó ver por allí, como embajador del equipo, una figura tan destacada para el football como Alejandro Villanueva. Todo aquel que hizo la larga cola se pudo hacer una foto, recibir un autógrafo e intercambiar unas breves palabras con él. Como extra, también pudo hacerse una foto con unas cuantas jugadoras de la selección española, campeonas de Europa en el pasado europeo, que había ido a ver el partido.
A medida que se acercaba el pitido inicial el público iba ocupando sus localidades expectantes para ver el kick off. Aunque la cuenta atrás no coincidió exactamente con el chut, si que coincidió con el final del retorno del saque por parte de Bravos. ¡Ahora sí que había empezado la ELF!
Arrolladora estampida
Los Bravos tenían la posesión del ovoide. El primer ataque de su historia acabó en anotación desatando la alegría entre la parroquia local. De nuevo anotaron y la euforia seguía creciendo.
El público poco a poco iba entrando en el partido a medida que su equipo iba ganando yardas y puntos sobre el emparrillado. Al principio no sabía si animar, o lo hacían tímidamente. Empezaron a celebrar tímidamente los placajes con los que la defensa madrileña impedía avanzar a los Dragons. Empezaron a celebrar los buenos catches de sus jugadores en ataque que, prácticamente en cada jugada, conseguían ganar un buen puñado de yardas. El equipo de cheerleaders se encaraba, junto a la potente megafonía, de poco a poco ir animando al público con su bailes, saltos y formaciones, algunas de ellas espectaculares y de gran mérito. Poco a poco la timidez, los nervios y la presión del primer partido la fueron dejando atrás y el público animaba y gritaba sin complejos.
Al llegar al descanso se había hecho evidente que la estampida había atropellado a los dragones. Tras el descanso el ambiente se notaba más relajado. La distancia, prácticamente insalvable en el marcador, hacia disfrutar del partido con más calma para ambos aficionados. La tímida reacción de los Dragons enseguida se vio frenada por la defensa y las cosas poco se movieron.
Quizás, la segunda mitad sería lo más realista que esperábamos ver en el partido con unas fuerzas más igualadas, aunque imponiéndose Bravos cuando era necesario para controlar el ritmo del encuentro. A pocos minutos del final, los aficionados se empezaron a congregar poco a poco en una de las gradas laterales, como llamados por el imperceptible grito de un Dragon herido que reclamaba a los suyos. Poco a poco la afición se fue congregando cerca de los suyos para hacer notar a los jugadores sentir el aliento de su afición. Fue otro bonito momento de comunión entre jugadores y su público.
La cita histórica iba tocando inexorablemente a su fin. Si finalmente no pudiste ir no pasa nada, seguro que, durante la temporada, y las que vendrán, habrán momento mágicos, históricos y también difíciles que forjarán el carácter del equipo y crearan sinergias con los aficionados entre el nuevo equipo y sus aficionados.
Pronto habrá más
Un primer partido que ya queda en la historia, con marcador incluido de 42-12 favorable a los locales, pero no será el único ni tampoco el último. Bravo por el equipo de Madrid que dio una exhibición en su primer partido. Bien por la garra de Dragons que, a pesar de no salirles gran cosa, siguieron peleando.
La gente de Bravos, y madrileños en general, fueron una gente muy amable y acogedora. El ambiente antes, durante y después del partido fue magnífico y el buen ambiente entre aficionados era la tónica general en todo momento. Cada uno animaba cuando tocaba e intentaba hacer llegar su voz al equipo. El fútbol nos brindará nuevamente una excusa perfecta para volvernos a encontrar de nuevo en Barcelona disfrutar del deporte que tanto amamos, seguro que durante mucho tiempo.
NOTA: Perdón por el pequeño homenaje a la feria del libro. Nótese la prosa diferente y el esmero en escribir que nada tiene que ver con una crónica de fútbol americano.
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