Super Bowl LVIII: Así se vive una Watch Party en España

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La Super Bowl, un evento global que se celebra en todo el mundo, y te contamos cómo se vivió en España, en la Ovella Negra de Barcelona.

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Super Bowl Watch Party - La Ovella Negra, Barcelona. | ©Xavi Giner

Pocos eventos deportivos son capaces de para por unos instantes el mundo entero. La final de un Mundial de fútbol, la final de la Champions, unos Juegos Olímpicos y una Super Bowl. La gran fiesta de final de temporada del fútbol americano.

Normalmente el fútbol americano es un deporte que lo ves solo en casa o como mucho con un reducido grupo de amigos. Pero el football es un deporte de masas y para masas está pensado. En España, cada vez, se están celebrando fiestas relacionadas con la Super Bowl. Hoy os voy a contar una de estas fiestas (o watch party en inglés) para ver la Super Bowl donde estuve presente.

Get the party started!

Nos trasladaremos a Barcelona, a un conocido local llamado La Ovella Negra. Allí nos reunimos toda la gente del Uroloki, histórico club dentro del football nacional y catalán. Más de 150 personas que apenas llenábamos el inmenso local y el resto de gente que eligió el mismo sitio que nosotros para ver el partido.

Es tradición en todo el mundo sentarse a comer y beber cuando hay que celebrar algo. La gran fiesta del fútbol no puede ser menos. Mientras veíamos el partido del Barça de reojo, empezábamos a ocupar nuestros asientos. Esa misma tarde, habíamos jugado un torneo de flag football en nuestro campo y esperando la cena íbamos repasando jugadas, anécdotas y otras cosas que nada tenían que ver con el torneo ni el football.  Únicamente éramos interrumpidos cuando el estruendo del un gol del Barça o del Granada (3-3) nos sacaba de nuestras conversaciones. Así mientras devorábamos la cena por el hambre del torneo nos íbamos preparando para el gran evento entre bebidas, risas y anécdotas.

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Super Bowl Watch Party – La Ovella Negra, Barcelona. | ©Xavi Giner

All abord!

Se acercaban las 0:30, hora de España, que es cuando se producirá el kick off.  Antes del inicio es un buen momento para ir al lavabo o a fumar un último cigarro. En mi caso, una salida al exterior para acompañar a los fumadores. También una buena oportunidad para resfrescarte de la calor del sitio. Cuando estoy fuera me doy cuenta de una inesperada realidad. Cuando faltan pocos para el inicio, una larga cola de gente está esperando para intentar acceder al local. Todo y esperar pacientemente, el portero nos dice que ya no entrará nadie más porque el aforo esta más que completo. Apurando el cigarro, entramos dentro azuzados por el frio y por si acaso deciden quitarnos el codiciado lugar para ver el partido.

No podríamos decir con exactitud si la habitual puntualidad con la que empieza siempre la NFL se cumplió en este caso. Mucha liturgia previa, mucha emoción, nervios para los aficionados que verían a su equipo jugar una Super Bowl, perdonan si no fue exactamente las 0:30 cuando la patada de Butker caída dentro de la end zone y situaría el balón para San Francisco en la yarda 25.

Estar allí viendo por la televisión era como estar en un estadio de reducidas dimensiones a 9284 kilómetros de distancia de Las Vegas. Desde el primer drive los aficionados gritaban y disfrutaban animando a su equipo para anotar. San Francisco pierde el balón en un acarreo y despierta el fervor entre los aficionados de Kansas en el local. Ahora el ánimo, igual que el ovoide, este en el lado contrario. Hay mucho partido todavía por delante y hay que administrar la garganta y los ánimos. Pero este partido es una vez al año, y hay que darlo todo desde el principio. Ya habrá después 205 días para descansar y preparar la garganta para la siguiente temporada.

La emoción inicial poco a poco se va apaciguando y administrando en lo que se prevé una larga final. Los ataques no están encontrando como avanzar y las defensas están aguantando muy bien a los rivales.

Poco a poco se han ido formando grupitos y con aquella gente con la que has compartido mesa, bebidas y charlas os juntáis para ver el partido. El inicial entusiasmo, con algunos destellos de jugadas, se ha convertido en análisis y conversaciones sobre las jugadas. “No se lo ha creído. Llegaba a cogerlo si no hubiese parado la ruta” comenta Manel, uno de los amigos que está conmigo en la mesa y receptor de nuestro equipo. “Fíjate que bueno el bloqueo de Kittle en esta jugada que le abre hueco a McCaffrey para abrirle paso y se cuele entre los dos defensas” dice Emilio analizando la jugada con la habitual tranquilidad que tiene al jugar de quarterback. Y entre análisis, conversaciones, risas y bromas se consume el primer cuarto del partido.

No importa la hora. Es bien entrada la madrugada. Cualquier domingo a esas horas ya estarías durmiendo hace tiempo. Hay buena compañía, futbol y diversión. Además, juegas con la tranquilidad de disfrutar del encuentro desde la neutralidad porque tu equipo (desgraciadamente) no está jugando.

“¡Qué bestia es McCaffrey! Lo tienen cogido y aún así te gana otras tres yardas ¡Qué animal!” dice Gabi,con el fervor de entrenador pasional como Campbell, animado por una gran jugada del corredor. Poco después volvería a celebrar sus virtudes de una manera más entusiasta cuando atrapó el pase de Jennings y anotó el primer touchdown del encuentro. Las reacciones que vi fueron muy diversas. Desde las más viscerales por el subidón de adrenalina hasta las que analizan el fallo en la jugada defensiva o el buen dibujo de Shanahan para conseguir anotar. Todos han disfrutado del touchdown, pero cada uno a su manera. Esto es lo bonito del football.

Los aficionados de Kansas, en su mayoría, no están nerviosos a pesar de ver 0-10 en el marcador. Están expectantes y confían planamente en su equipo. Saben que esta Mahomes, que es el mejor en esto. Aún queda mucha final por delante. Hasta poco antes del descanso, no veríamos como Kansas convertía un gol de campo para poner los primeros puntos en su casillero.

Half time show

Justo en el descanso es donde hay el gran movimiento de gente. Muchos se quedan a esperar a ver el gran espectáculo. También aprovechas y te tomas momentáneamente un descanso de la compañía para atender otras necesidades que ni te habías dado cuenta. Bien sea yendo a buscar un agua, ir al lavabo o salir a fumar, es otro de esos momentos clave donde te relacionas con más gente de la fiesta.

Ir con la camiseta de tu equipo de football es otra experiencia divertida. Mucha gente te saluda, te anima porque le tiene simpatía tu equipo o porque ellos también son de tu equipo. Intercambias una breve charla comentando lo mejor o peor de la temporada y sigues avanzando hacia tu objetivo. A veces también alguien de un equipo rival, (normalmente de la misma conferencia) de manera burlona se mete con tu camiseta. Pero no de una manera ofensiva, sino muchas veces de una manera divertida y es otra buena oportunidad para confraternizar con la gente del local. Si algo bonito tiene el football, es el respeto y el buen rollo con todo el mundo.

La media parte es otro momento crítico con el sueño para los que no estamos acostumbrados a trasnochar. Ciertamente, el espectáculo de este año, no ayudo en la lucha contra Morfeo. Si lo haría lo que quedaba de encuentro.

The witching hour

La segunda parte de la Super Bowl ya se vive a otro ritmo desde España. Se nota la falta de sueño y la intensidad suele bajar un poco en todos los sentidos. Ya la gente aguanta más rato su bebida y la toma con más calma. Los análisis son más lentos y la euforia es reservada para los momentos donde realmente son necesarios. También es un momento donde mucho público suele poner la línea roja para ver el encuentro y se han ido a casa. Mañana ya verán el resultado final en diferido, si los spoilers no se lo impiden.

También este segundo tiempo los aficionados de los equipos que juegan lo viven de otra manera. San Francisco saben que Kansas en algún momento tendrá que reaccionar y esperan que su equipo pueda frenar a su rival. Kansas sabe que ahora es el momento de la verdad y cuando hay que ponerse serios y no fallar.

Un creador de grandes guiones futbolísticos como Andy Reed sabe como darle emoción a los partidos, y sobre todo a las finales. En el primer drive Kansas es interceptado. Esto despertó a bastante gente del letargo o la mini cabezada que estaban sumidos. Todo parecía seguir igual. La tranquilidad de los jefes pareció quebrarse al ver que todo seguía igual. Si hubo algún momento de dudas en la afición de Kansas fue durante el lapso de este tercer cuarto y prácticamente el final de este que fue cuando anotaron un fiel goal.

La magia de la hora de las brujas hizo su efecto llegando prácticamente el final de este mismo cuarto, cuando el despeje del balón por parte de Kansas lo acabaron recuperando ellos mismos en la yarda 16 de San Francisco. Todo el mundo sabía que esto era la gasolina que necesitaban los Chiefs para entrar en el partido y hacerse con él. La afición de Kansas despertó y empezó a rugir de nuevo. Incredulidad para 49ers que veían fantasmas de finales anteriores y por primera vez veían a Mahomes como la bestia en la que se podía convertir. “Es una jugada de mala suerte porque le toca el pie y los equipos especiales de Kansas han estado muy hábiles ahí. Yo me hubiera tirado encima del balón en vez de intentar cogerlo” me comenta Armando con su habitual tranquilidad para analizar los partidos desde su perspectiva de exjugador de fútbol americano.

Los decibelios se disparan de nuevo en la noche barcelonesa con el touchdown de Valdes-Scantling a pase de Mahomes en la jugada inmediatamente después de salir al campo. La afición esta lanzada y saben que, ahora sí, Kansas ha despertado y están en modo bestia. También los aficionados de 49ers, sabedores que esta película ya la han visto muchas veces y conocen el final.

“Este drive es clave para San Francisco. Tiene que reaccionar” me dice Edu mientras se sirve una coca-cola para seguir aguantando el ritmo del partido, y por todo lo que puedan venir después.

Igual que Edu, lo sabían también Shanahan desde la banda en Las Vegas. 49ers no fallaron y llegaron a la zona de anotación. Parecía que se respiraba algo de tranquilidad y San Francisco podría seguir manteniendo la ventaja. “¡Lo han bloqueado! A ver que no les pase factura de aquí al final del partido” comenta proféticamente Salva cuando 49ers no consigue anotar el punto extra que ha venido a sentarse un rato a nuestra mesa con su camiseta de Josh Allen orgullosamente comprada en Buffalo.

“Tranquilos que está Mahomes. Queda mucha final aún» me dice Gerard, que, aunque tiene que levantarse a las 8 para estar con los niños está cerca de las cuatro de la mañana disfrutando y sufriendo con su equipo. El final del último cuarto transcurrió entre la emoción de los goles de campo de ambos equipos y el empate en el marcador. Habría que jugárselo todo en la prórroga.

The party is over

Sobre 4:30 de la madrugada, hora Española, estuve haciendo didáctica de como funcionan los tiempos extra en la NFL, pues la norma había cambiado después de aquel partido de final de conferencia entre Bills y Kansas donde se decidió también en una “injusta” prórroga. Seáis docentes o no, a esa hora es un poco difícil explicar esto al resto de comensales. Afortunadamente, en este caso los alumnos superaban al maestro y las normas quedaron claras.

Empezaba a atacar San Francisco y necesitaba el touchdown para ganar. No lo consiguieron y se tuvieron que con conformar con un field goal. Quedaban siete minutos de tiempo extra y para Kansas este tiempo es un universo entero para crear la narrativa de película que ellos quieran. El desenlace llegaba en estos minutos.

Pasaban pocos minutos de las cinco de la mañana cuando veíamos que el reloj se acercaba inexorablemente a su final faltando diez segundos para llegar a cero. Yarda 6. Mahomes y todo el equipo se les notaba tranquilos. No tenían prisa por ganar. Sabían que ahí estaba el partido y que ya era suyo. Snap y Mahomes rola a si derecha. Lanza el balón a Hardman que recibe solo y con el reloj llegando a ceros Kansas consigue su tercera Super Bowl. Gritos de celebración, por un lado, enfados, caras largar, lágrimas de felicidad o de tristeza. Todo estalla en ese momento de la noche. Pero hay un sentimiento generalizado: respeto. Lo habían luchado hasta el final tanto unos y otros. San Francisco había plantado cara y le había puesto las cosas muy difíciles a Mahomes y su equipo, pero estos juegan a algo diferente al resto.

La noche se termina y únicamente los aficionados de Kansas de quedará a ver la entrega del trofeo Lombardi. Nos dirigimos al coche mientras en roció de la noche barcelonesa nos impregna y despierta brevemente durante el trayecto. Ha sido una gran noche de football. Ha sido una gran noche con amigos. El lunes por la mañana veremos como muchos programas hablarán y comentarán la super bowl o el espectáculo de la media parte. Nosotros ya lo habremos visto, disfrutado y vivido esta noche. Cada uno se quedará con lo que más le haya gustado del todo el show. Y precisamente con lo que más le ha gustado a cada uno, entramos en el coche pensando en ello y comentándolo brevemente en el trayecto de vuelta. Ya en casa, la cama espera para tumbarnos, ahora sí junto a Morfeo y revivir lo mejor de la noche, que no necesariamente habrá sido el partido.


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1 pensamiento sobre “Super Bowl LVIII: Así se vive una Watch Party en España

  1. Gran crónica para un grandísimo partido. Hacía tiempo que no veía una final tan fantástica.
    Kansas Chiefs llegaron el año pasado con la tarjeta de visita de Mahones para quedarse.
    Le hará sombra a Tom Brady?
    Los años lo dirán.

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